Ernesto Ladrón de Guevara – Ingeniería social y totalitarismo blando

El término totalitarismo blando ha sido acuñado por Iñaki Ezkerra en su magnífico libro, necesario para entender las convulsiones presentes en el mundo, “Los totalitarismos blandos, Podemos, nacionalistas y otros enemigos de la democracia”   En él acierta con el diagnóstico, y también con el tratamiento. Gonzalo Fernández de la Mora hace tres décadas ya anunció esta crisis sistémica en el orden político con “El crepúsculo de las ideologías”. De ahí vienen todos los males, pues a la renuncia al pensamiento, a la filosofía política, se añade el vacío intelectual en la clase política, y por tanto la ausencia de rumbo, de horizontes y de objetivos que vayan más allá al de “qué hay de lo mío”.

Las ideologías permiten elaborar proyectos de futuro, diseñar nuevos órdenes políticos y sociales, establecer el orden de prioridades que se derivan de una taxonomía axiológica, en definitiva, qué modelo de mundo, de humanidad, queremos en un contexto de fuerte convulsión sociológica, de principios y valores. Y para ello se requiere plantearse qué papel ha de desempeñar cada hombre y cada mujer en el mundo, cuál ha de ser la interrelación de cada individuo con la naturaleza, qué principios han de guiar el orden jurídico, cuáles son los atributos que han de adornar la dignidad humana; es decir, la cultura antropológica que ha de primar, los principios en el orden filosófico que han de dar la trama a nuestra organización política y social. Demasiado pedir para quienes solamente ven el lado práctico de las cosas inmediatas y el poder como herramienta para someter a los que piensan de forma diferente.

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