La naturaleza fantasmal de la economía

Es admirable la capacidad del lenguaje para hablar de lo abstracto, convertir lo etéreo en algo real, transformar lo invisible en algo evidente. Palabras y números tienen un poder demiúrgico. En ningún ámbito han alcanzado mayor eficacia que en el de la economía. La economía es hoy el espacio de lo sagrado: los economistas son los sacerdotes dueños de las palabras y los números con que nos referimos a eso tan abstracto e invisible como la economía.

El discurso económico goza de un prestigio fundado en la objetividad de los datos, que es su fuente última de legitimación. Al utilizar como instrumento de sus análisis y predicciones la ciencia matemática, que abstrae y objetiva los hechos, otorga a sus afirmaciones un efecto de verdad indiscutible. Esta es la razón por la que el discurso económico se ha convertido en el principal instrumento de propaganda y legitimación de la acción política.

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