Pablo Gómez – El sheriff Trapero

Semblante serio, pose malhumorada, piel pretendidamente bronceada, barbita cuidada y espalda estrecha. La apariencia de Josep Lluís Trapero, el major de los Mossos d’Esquadra, encaja mejor cuando, haciendo gala de un aplomo que ha sido intensamente ensayado, se pone a dictar sentencias a preguntas de la locutora de Catalunya Ràdio. Podría parecer el típico sheriff de westernsetentero que, tras engrasar su gaznate con un buen trago de bourbon, afirma imperturbable: “yo soy la ley”.

A las pocas horas del atentado en Las Ramblas, Trapero afirmó en rueda de prensa que no se preveía que hubiese otro ataque de forma inminente. Esa misma noche tuvo lugar el ataque en Cambrils.

Meses antes, también despreció la información facilitada desde Vilvoorde (Bélgica) por considerarla como de baja credibilidad.

Se desoyó a la jueza en Alcanar y no se pusieron bolardos en Las Ramblas, ignorándose la advertencia del Cuerpo Nacional de Policía.

La gestión de los atentados se resolvió sobre el terreno y básicamente a tiros, pero no hubo una investigación previa que fuese acertada, prudente ni preventiva.

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