Un chico de 24 años fue condenado a pagar 480 euros por publicar en Instagram un montaje de la imagen de Jesús con su propia cara. La broma la defendió con lógica aplastante ante el juez: nadie sabe qué cara tenía Jesús. La Cofradía de la Amargura de Jaén lo había denunciado por ofender sus sentimientos religiosos.
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