Pues ya es hora de hablar de esas otras cosas de las que nadie habla desde hace tiempo, salvo honrosas excepciones. Me refiero a la crisis social. Y no aquella crisis social derivada de la fractura que ha provocado el independentismo tras el referéndum ilegal y la consiguiente escisión social en dos bandos política e ideológicamente enfrentados. De esa crisis social todos hablan pero sin embargo mayor gravedad reviste el hecho de que la sociedad se divida entre los que llegan a fin de mes y los que no llegan (o tienen serias dificultades).