Santiago Trancón – Decir es también hacer

Del dicho al hecho hay un trecho… muy estrecho. El lenguaje es quizás el fenómeno humano más complejo: no sólo encarna el misterio de la conciencia, el paso de la mente al cuerpo, sino que cumple tantas funciones que es muy difícil abarcarlas, analizarlas y relacionarlas entre sí. Porque el lenguaje denota, expresa, señala, revela, oculta, engaña, miente, ordena, impulsa, excita… y todo esto es hacer, que es algo más que decir. Reflexiono sobre la función y el poder del lenguaje a propósito de la extravagante teoría del tancredismo mariano, que ha introducido en el Derecho una distinción insólita: la de que sólo hay delito cuando se producen actos efectivos y probados que puedan ser considerados como tales… ¿Por quién? ¡Por el Gobierno!

Se aprobó en el Parlamento catalán una Ley de Transitoriedad y Desconexión que anulaba la Constitución, pero eso todavía no era ni delito ni nada, se podía seguir adelante hasta… ¡Hasta que esa ley produjera efectos constitutivos de delito! Rajoy pintó una línea roja en el agua y, claro, ni la tinta llegó al río. Ya con el 155 en marcha, si por él fuera, lo ideal sería seguir en punto muerto, meter un poco de ruido (no mucho) con el motor arrancado, pero sin sacarlo del aparcamiento, no sea que si salimos a la calle las turbas independentistas acaben subiéndose al capó y destrozando el coche, una imagen de humillación y violencia que vale más que mil palabras encubridoras.

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