Santiago Trancón – Individuo contra grupo, y viceversa

En cuanto uno se pone a pensar sobre lo que sea, se topa enseguida con esa contradicción básica: individuo contra grupo, grupo contra individuo. Como es ineludible, uno concluye que el problema no es la incompatibilidad de esos dos polos, sino su necesaria armonización y equilibrio. Un individuo sin el grupo, perece; un grupo sin individuos, acaba desapareciendo igualmente. El individuo puede matar al grupo, del mismo modo que el grupo al individuo. Así que nada más importante que desarrollar la propia individualidad al mismo tiempo que uno aprende a integrarse en la sociedad y en alguno de los muchos grupos que la componen (desde la familia y el trabajo, a los amigos o el partido político con el que se identifica).

La sociedad moderna ha ampliado el espacio de la individualidad, permitiendo al sujeto tomar una mayor conciencia de sus posibilidades personales, invitándole a desarrollarlas por encima de presiones sociales o de grupo. Históricamente, esta ampliación de los ámbitos de libertad individual ha producido, sin embargo, un efecto de retracción, de miedo y repliegue en la protección del grupo, como estamos viendo en el resurgir de los nacionalismos.

Para leer el resto del artículo haga click aquí