Pedro J. Ramírez y el nuevo C’s

Pedro J. Ramírez, como arquitecto de medios y alma de demiurgo, ha subestimado con «C’´s entre héroes y urnas» el alcance de la deserción del espíritu fundacional que C´s ha emprendido en Coslada, y que tantas veces apoyó desde la dirección de El Mundo ante la desidia de la inmensa mayoría de sus compañeros de profesión. Con gravedad añadida; siendo uno de los pocos profesionales del periodismo beligerantes contra el nacionalismo desde siempre, y en especial contra su política lingüística, ahora acepta como mal menor que el partido de Rivera module su beligerancia contra ella en aras de ensanchar el perímetro electoral de Cs al centro derecha catalanista. El objetivo – barrunta– es llevar a Inés Arrimadas al Gobierno de la Generalidad, y a Albert Rivera a dirigir los destinos del Estado. Es decir, el objetivo es el poder, la única forma de neutralizar al nacionalismo y regenerar España. No estaría mal si fuera acertado, además de posible.

Para convencernos da por amortizada la ética de los principios frente al pragmatismo de los votos. Alguna trampa retórica de viejo bucanero suelta con aire condescendiente para desautorizar la épica que tanto apreció en el nacimiento de C´s. No es cuestión menor porque, de triunfar tal deriva, pudiera perderse la honra y los votos. Y la honra mancillada, en este caso, no sería un valor medieval sino el abandono de la pedagogía social, hoy imprescindible en Cataluña para acabar con la hegemonía moral del nacionalismo.

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