El periodismo vive de una invención: la actualidad. Entiende por actualidad «lo que sucede en cada momento». ¿Todo? Evidentemente no, por imposible. Se impone el seleccionar. Es aquí donde la actualidad empieza a diluirse como un azucarillo en el café. Para atraparla necesitamos reducirla a «las noticias del día». ¿Cuántas y cuáles? Hay muchas, casi infinitas, así que hagamos una segunda reducción, al modo homeopático: quedémonos con «los titulares del día». Los titulares resumen, condensan la actualidad y nos la ofrecen en dosis digeribles. El mundo, con lo inmenso que es, con la inconmensurable cantidad de noticias que genera cada segundo, reducido a unas cuantas imágenes y titulares… ¿Cómo hacerlo? ¿Qué seleccionar?
Los más racionales, aquellos a los que nos gustaría que los hombres actuaran siguiendo siempre los dictados de la razón y el sentido y el bien común, pensamos que no debiera haber otro criterio selectivo que la verdad y la relevancia de los hechos. El periodismo no tendría otra función que la de informar sobre hechos verdaderos y relevantes, o sea, aquellos que tienen gran influencia social. Si nació para eso, hoy el periodismo se ha teletransportado a otro planeta donde no rige esta ley de la gravedad. Muy distintos son los criterios con los que se inventa y construye hoy la actualidad.
…