Irene Montero, la diputada de Podemos, se ha metido de voz y coz en la lucha contra el lenguaje ‘sexista’. Es patético luchar contra algo que no existe. Y sentirse, además, moralmente superior por ello, de una arrogancia cutre. Por más que se diga y vocee y asperje, eso del ‘lenguaje sexista’ es, en sí mismo, un disparate semántico. Al lenguaje no se le pueden atribuir cualidades sólo aplicables a la persona.https://www.lanuevacronica.com/de-voz-y-coz