El universo no tiene centro, todo depende del lugar en que momentáneamente se coloque el observador. Si no tiene centro, tampoco podemos saber si tiene límites, ésta parece una conclusión de lógica geométrica. Si no podemos situar sus límites, ¿cómo podremos asegurar que los tiene? El universo que vemos, paradójicamente, nos lleva hacia un universo que tiene que ser radicalmente distinto al que vemos. Tiene que ser «otra cosa», esencialmente inconcebible e inimaginable.