Enric Cabecerans – Decide

Existen dos formas de cambiar la sociedad en la que vivimos: desde el propio sistema institucional o desde fuera. Para algunas personas el hecho de participar en el actual juego político hace que cualquier organización degenere hasta convertirse justamente en aquello que pretende combatir. Este es el motivo por el que tales personas consideran que debe ser la sociedad civil la que impulse determinados cambios a través de medidas de presión, y sin participar en ningún proceso electoral. Desde esta perspectiva se justifica la acción política desde fuera de las instituciones a través de grupos de presión, plataformas de diversa índole y manifestaciones o movilizaciones de ciudadanos afectados por diferentes cuestiones. La intención es influir en los partidos políticos para que éstos promuevan determinadas políticas. Otros, pensamos que el sistema solo puede ser transformado desde las propias instituciones, e impulsamos nuevas formas de organización para acceder a los Parlamentos y conseguir los cambios necesarios que deberían mejorar la calidad democrática de nuestra sociedad, la libertad efectiva de los individuos y la igualdad de todos los españoles.

El pasado jueves se dio a conocer un nuevo partido político que pretende hacerse un espacio en el arco parlamentario español para defender una serie de propuestas que se me antojan del todo razonables y que, a su vez, presenta un nuevo modelo organizativo interno, alejado de los métodos tradicionales y los híper-liderazgos más recientes.

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