Pau Guix – Cautivos del mal

La Cataluña tribal, la Cataluña paleta, la Cataluña adoctrinada en los colegios, la Cataluña inducida a la letargia de la razón mediante las consignas de los medios nacionalseparatistas, la Cataluña xenófoba y supremacista, la Cataluña –de la imposición– monolingüe, la Cataluña del odio y el rencor, la Cataluña que venera a terroristas como Otegui y Sastre, la Cataluña del relato propagandístico 24/7 de la TV3, la Cataluña del enésimo desacato de las sentencias judiciales, la Cataluña victimista que finge falsas agresiones policiales –y que se sirve de ellas para hacer AgitProp en redes sociales– con total impunidad, en definitiva, la grotesca caricatura de lo que realmente debería ser Cataluña y no es, finalmente está en pie de guerra.

Votaciones ilegales en urnas de Ali Babá –nunca un nombre fue más apropiado­ fuera de su contexto–, censo sin garantías legales, ubicuos creyentes votando 4 veces o más, urnas llenas antes de empezar la votación, el uso de niños como escudos humanos, la desaparición del Estado de Derecho en Cataluña, la sedición institucional y de grupúsculos violentos –ya sean de la CUP, de ERC, Comuns, podemitas o cualquiera de sus violentos amigos antisistema de toda Europa a los que han invitado a la fiesta–, el totalitario e injustificable uso político de la policía autonómica, los episodios de acoso, ataques e insultos a los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado –que obedecían órdenes judiciales–, la fuerza como razón, el desprecio como gesto, la negación de la realidad como principio,  el odio como credo, este conjunto se ha convertido en el día a día de esta Cataluña que se halla bajo el yugo nacionalista.

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