Santiago Trancón – Titulares

Los periodistas saben que su poder se basa en los titulares. El poder de los titulares es el poder de la prensa. Los titulares venden porque influyen: no sólo marcan y enmarcan la actualidad, sino que la crean. La actualidad se convierte así en la única realidad importante. Dame un buen titular y quédate con todo lo demás.

Nuestro cerebro vive en una permanente sobreexcitación, si se para un segundo, se muere. Las neuronas son como las hormigas o las abejas, no cesan de agitarse. La glucosa es su droga: la consumen vorazmente. Dos impulsos las guían. Por un lado, un sistema de alerta: cuanto más cambiante e imprevisible es el entorno, mayor atención absorbe y más superficial su percepción. Somos débiles, frágiles; ni siquiera tenemos un caparazón para proteger nuestros órganos interiores, ahí donde se trajina todo. Así que hay que tener mucho ojo, cientos, miles de ojos para que no nos atropelle un coche, una bicicleta, no nos intoxiquemos con un boquerón en mal estado, no digamos una palabra de más y nos ganemos un enemigo para toda la vida.

La segunda fuerza que impulsa a las neuronas es la búsqueda de recompensa, de placer, de endorfinas y toda esa retahíla de sustancias que han descubierto los científicos husmeadores de nuestros fluidos. Hay placeres que simplemente son compensatorios, apaciguadores de la angustia, creadores, confirmadores de un entorno de seguridad. Las ideologías religiosas y políticas cumplen muy bien con esta función.

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